Dos impactos:
- Asistir a una cena, lo llamaré bodylunch, no sé como se llama.
Desde que oí hablar de ello siempre me intrigó cómo debía ser una comida en que la bandeja o mesa fuera un puerpo humano, pues ya lo sé, la experiencia no me desagradó tanto como a otro de los asistentes, ni me gustó como a la mayoría de ellos, aunque esperaba algo más impactante que unas personas joviales y agradables, fueran el soporte para unos alimentos que devoraron los comensales. Era una de esas cosas que dices que te gustaría hacer y después resulta que no és como la esperabas, lo cierto... no creo que vuelva a repetir, por lo que no comentaré más sobre ello.
- Mi exploración de las emociones y sensaciones al contemplar y acariciar cuerpos femeninos, guiada bajo las órdenes directas de dos amos, fuimos descubriendo el lado más dulce de la feminidad. Seas de la tendencia que seas (hetero, homosexual, bisexsual....) siempre se puede encontrar en el cuerpo femenino un éxtasis de placer.
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