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9 de febrero de 2019

Un fetiche - Botas

Eligiendo botas
Hoy cuando regresaba de trabajar mientras estaba sentada en el metro mi imagen se vio reflejada en el cristal de la ventana que tenía delante de mí, una imagen a la que me quedé mirando fijamente mientras el tren avanzaba, era yo, vestida en forma informal, de trabajo y pensé que tenía que cambiarla nada más llegara a casa, pero no sabía cómo, ya pensaría una vez estuviera en casa.

Tacón alto
Botas nuevas
Qué sorpresa me llevé cuando llegué y mi Señor estaba en casa, me esperaba con un regalo fabuloso, dos pares de botas, es una suerte tener un Amo fetichista de la moda. Me enseñó el regalo que había traído para mí, me quedé embelesada, qué preciosidades tenía ante mi, cada par tenía 18 cm. de tacones, suficientes para solo caminar con las puntas de los pies. Me las hizo probar enseguida y yo disfruté de ellas, las miraba y las remiraba, primero me probé unas y después las otras, pero.... no podía ser tan bonito todo.
Castigo

Claro que no podía ser tan bonito todo lo que estaba pasando, pues cogió unos grilletes y me dijo que lo que estaba pensando no sería posible, esas botas no eran para mí, me quedé helada, cómo me podía decir eso si eran perfecta y me calzaban como un guante. El regalo era para él, un amo Fetichista tenía que tener sus caprichos y el día de hoy su deseo era que caminara delante de él con las botas nuevas puestas para que pudiera observar cómo me quedaban, cómo se deslizaban sobre el suelo enfundadas en mis piernas, y se puso a observar cada paso que daba. Fui obligada a dar vueltas por la habitación, primero con unas y más tarde con otras, me hizo sentar, levantarme, posar para él. No sé cuanto tiempo estuve dándole el placer de admirar mis pies calzados, pero lo que sí sé es mi agotamiento al no dejarme parar ni un segundo. 

Finalmente, cuando se cansó me hizo sentar en una silla y se puso a acariciar mis pies adornados con unas de las botas. Sus manos fueron de arriba a abajo sobre ellas, hasta que en un momento que no recuerdo esas manos suyas tocaron mi entrepierna, mi piel sentía su calor, no se pararon ahí, siguieron su camino por todo mi cuerpo que deseaba que me llenara de placer, sus dedos acariciaron mi vulva, quería llevarme al orgasmo, y no le decepcioné, entré en éxtasis explotando y llegué hasta el límite.


Fetichismo
 Un fetiche


Espero que te hayan gustado estas botas, si quieres ver más zapatos puedes ver en Cuestión de moda o fetichismo: Los zapatos

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