Hoy no ha sido un gran día, me he levantado mal, mal para vestirme, he
llegado mal al trabajo y encima me había olvidado algo en casa y he
tenido que volver, mal y tarde a la hora de salir del trabajo, mal en la
tienda al cambiar una prenda, mal a la hora de planificar la cena, mal
en la conversación durante la cena, mal y pronto acabó la cena, y lo
peor fui mala compañia. Aquí mi preambulo, y siguiendo el día me pongo a
escribir en el blog mis pensamientos que creo que hoy no son muy
optimistas:
Antes, de joven, ni sabía que se podía ser sumisa en el sentido en que hoy me considero, pero creo que lo era un poco y lo peor con todo el mundo, acataba ordenes y obedecía muchas veces sin poner resistencia, me gustaba agradar a los demás, era una buena niña, a veces me resistía o cuestionaba las órdenes y se me decía que no debía ser revelde. Ahora suelo comportarme igual, me gusta servir a mi familia, a mis amigos, a mi señor, también me gusta cuestionarme algunas ordenes y no obedecer o tardar en obedecerlas, aunque muchas veces acabe cediendo. Me gusta ser sumisa pero no en todo momento, aunque me guste la sumisión también me gusta dominar la situación, dominar mi vida, dominar lo que hago, dominar lo que digo, dominar como soy.
¿Sumisa en todo momento? Revelde en muchos.