Os traigo la segunda parte del relato de mi sumiso (ahora sí puedo decirlo)
Ella miraba su trofeo tumbado en el suelo, desnudo, atado y amordazo.
Dió un par de vueltas alrededor suyo, se dirigió hacia la puerta, apago
las luces y se marchó a su habitación.
Encima de la cama lo tenia
todo preparado, se quitó la blusa, la falda, las medias y los botines
y empezó a vestirse. Para ella era como un ritual se puso unas medias
negras de latex, un corsé rojo que dejaban sus pechos al descubierto.
Luego cogió sus bragas preferidas de latex
negro y se las puso.Se miró al espejo, Primero de perfil, luego de
frente, se lamió las yemas de los dedos y empezó a tocarse lentamente
por encima de las bragas, le gustaba el tacto del latex. Cogió unos
largos guantes rojos y se los puso. Empezó a tocarse los pechos en
circulo hasta excitarse, todo esto lo hacia mientras se miraba en el
espejo.Ya estaba lista para adiestrar a su perro se puso unas largas
botas rojas y fue en busca de su esclavo.
Mientras el salón estaba oscuro. El se resistía intentando
desatarse, se movía de un lado a otro. Su respiración era cada vez mas
acelerada. Le parecía que llevaba horas allí en el suelo. De pronto
escucho el ruido de unos tacones con paso firme acercándose a el.
El
poder la excitaba. Cuando tenia un hombre a sus pies, algo se
extremecia en su interior. Le gustaba pensar que podia hace con el lo que
quisiera porque le pertenecía y eso le gustaba.
-Soy
tu dueña, tu señora- le decía mientras clavaba suavemente el
largo tacón de su bota en la espalda de su esclavo-te dirijiras a mi
como mi señora, quizás solo así seré benevolente contigo. ¿Lo has
entendido? ¿cumplirás todos mis deseos?
El
hizo un gesto de afirmación con la cabeza. Ella le quitó la mordaza, le
desato los tobillos pero le dejó atadas las manos en la espalda.
-Me
debes obediencia, lame mis botas perro.- El se acercó y empezó a lamer
las botas, primero una y luego otra. Ella con una larga fusta en la mano
le golpeaba de vez en cuando solo para que el recordara quien mandaba.
-Ahora beberás de mi ser- ella sento encima se su cabeza mientras el
lamia todo su coño. Ella estaba excitada y se tocaba sus pechos
pellizcandose los pezones.
Los gritos que se escuchaban ahora eran de ella. El placer que sentia la embriagaba aun mas y mas. Tenia lo que queria a sus pies.....
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