Que mejor placer que jugar...
¿Quieres jugar conmigo? -preguntó la muñeca a su dueño.
Claro que quería jugar con ella. Su pasión por tocarla y manipularla a su antojo era algo que le encantaba. Él pensaba que era afortunado pues tenia una muñeca a la que hacer cosas perversas. La podía tocar, podía acariciar todas sus partes, ponerla en poses excitantes, amordazar sin que protestara, llenarla de pinzas que pellizcaran sus carnes, la podía poner a sus pies, y hacer que los besara, o empezar a atar de mil maneras diferentes... en el suelo, de pie, suspendida de unas cuerdas, podía saciar con ella sus instintos más bajos. Y ella siempre obedecía, ejecutaba con precisión todas sus órdenes.
La muñeca . The Doll |
Ella quería solo eso, ser el juguete de él.
Posando |