Os presento el relato de Sumisodeama
Estoy segura de que os gustará, pero más os gustará la segunda parte, pero... tendréis que esperar para leerla. ¡A disfrutar con la lectura!
.De pronto ella dijo:
-Me gustas, porque no vamos a mi casa? esta aqui cerca y estaremos mas tranquilos.
El
accedió. se levantaron de la mesa y se marcharon, el no podia quitar la
vista de esa mujer. Esos labios rojos y carnosos lo habian
seducido. Vestía una blusa de satén blanca con los dos botones de arriba
desabrochados y un pañuelo de seda rojo que le envolvia el cuello, una
falda de raso negra que le llegaba a la altura de las rodillas, con una
enorme raja en el lateral y unos botines negros de unos 8cms de tacón.
Llegaron
a su casa, ella le sirvió una cerveza fresca y siguieron hablando. Ella
sabia como seducirlo, empezo tocandose los labios con la llema de los
dedos, cruzando esas largas piernas envueltas en unas medias negras.
Ella se levantó.
- Quitate la ropa y ponte comodo, ahora vengo.
El
como un animal en celo no dudó ni un momento y mientras se quitaba la
ropa solo pensaba en que le haria a esa mujer.Pero cual fue su sorpresa
cuando apareció ella con unas esposas en la mano. Se excitó mas.
- Jugamos?- pregunto ella
El
respondió que si. Ella se puso detras de el y lo esposo con las manos
en la espalda. Lo acarició lentamente hasta ponerse frente a el, una vez
delante se levanto la falda poco a poco y muy lentamente se quitó las
bragas negras de saten. Las paso por su miembro, luego por su pecho, fue
subiendo y se las puso en la nariz, y apretó... aquel olor no hizo mas
que excitar a aquel hombre atado de manos que poco podia hacer.Ella en
unmovimiento brusco introdujo sus bragas en la boca de el. El intentaba
escupirlas pero la mano de ella le tapaba la boca.Mientras con la otra
mano se quito el pañuelo rojo que llevaba en el cuello y lo amordazo.
El hombre s easustó cuando vió que la mirada de esa mujer cambió por completo.
-Eres mio,y harás lo que diga, ya puedes gritar- decia ella mientras reia.
El
intentaba gritar pero sus gritos eran apagados por la mordaza.Le ató
las muñecas a los pies y lo dejo en el suelo.... uno,dos,tre, asi hasta
diez latigazos. Los dos primeros dolieron pero a partir del tercero el
hombre se sorprendió, ya no sabia distinguir entre el dolor y el
placer.............
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