Traductor

19 de junio de 2012

Relato de un sumiso - primera parte

Os presento el relato de  Sumisodeama 
Estoy segura de que os gustará, pero más os gustará la segunda parte, pero... tendréis que esperar para leerla. ¡A disfrutar con la lectura!

Se conocieron por internet, era su primera cita en persona. Habian estado hablando por un chat durante mas de dos semanas, pero no se conocian fisicamente.El café aun estaba caliente mientras se contaban sus vidas personales.
.De pronto ella dijo:
-Me  gustas, porque no vamos a mi casa? esta aqui cerca y estaremos mas tranquilos.
El accedió. se levantaron de la mesa y se marcharon, el no podia quitar la vista de esa mujer. Esos labios rojos y carnosos lo habian seducido. Vestía una blusa de satén blanca con los dos botones de arriba desabrochados y un pañuelo de seda rojo que le envolvia el cuello, una falda de raso negra que le llegaba a la altura de las rodillas, con una enorme raja en el lateral y unos botines negros de unos 8cms de tacón.

Llegaron a su casa, ella le sirvió una cerveza fresca y siguieron hablando. Ella sabia como seducirlo, empezo tocandose los labios con la llema de los dedos, cruzando esas largas piernas envueltas en unas medias negras. Ella se levantó.

- Quitate la ropa y ponte comodo, ahora vengo.

El como un animal en celo no dudó ni un momento y mientras se quitaba la ropa solo pensaba en que le haria a esa mujer.Pero cual fue su sorpresa cuando apareció ella con unas esposas en la mano. Se excitó mas.

- Jugamos?- pregunto ella

El  respondió que si. Ella se puso detras de el y lo esposo con las manos en la espalda. Lo acarició lentamente hasta ponerse frente a el, una vez delante se levanto la falda poco a poco y muy lentamente se quitó las bragas negras de saten. Las paso por su miembro, luego por su pecho, fue subiendo  y se las puso en la nariz, y apretó... aquel olor no hizo mas que excitar a aquel hombre atado de manos que poco podia hacer.Ella en unmovimiento brusco introdujo sus bragas en la boca de el. El intentaba escupirlas pero la mano de ella le tapaba la boca.Mientras con la otra mano se quito el pañuelo rojo que llevaba en el cuello y lo amordazo.
El hombre s easustó cuando vió que la mirada de esa mujer cambió por completo.

-Eres mio,y harás lo que diga, ya puedes gritar- decia ella mientras reia.
El intentaba gritar pero sus gritos eran apagados por la mordaza.Le ató las muñecas a los pies y lo dejo en el suelo.... uno,dos,tre, asi hasta diez latigazos. Los dos primeros dolieron pero a partir del tercero el hombre se sorprendió, ya no sabia distinguir entre el dolor y el placer.............

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dar tu opinión