Todo es una línea continua, no estamos solos en el universo, pensamos que somos únicos y diferentes a los demás pero lo cierto es que todos somos iguales, hay miles de personas que son como tú y como yo, que sienten, tienen necesidades, placer, angustias, que crecen y viven igual que todos.
Al principio de los principio de mi nacimiento en el BDSM me sentí algo mal y rara, no podía controlar mis emociones y envuelta en los tabúes que me marcaron en mi vida pensaba que este mundo no tenía cabida en mi vida, pero hoy me doy cuenta que hay más personas que viven este mundo con total normalidad. He ido creciendo avanzando y evolucionando y ya lo estoy considerando como algo de la vida, de mi vida.
Ayer salimos mi Señor y yo, como otras veces elegimos mi vestuario, me había regalado un par de prendas para lucir en estas ocasiones, y entre los dos decidimos el vestido, esto no se me hubiese pasado por la cabeza con anteriores parejas, pero ahora es lo normal, a mi Señor le gusta que esté lo más elegante para él. Así que me puse el corpiño de cintura que le gusta a él ya que no llega a tapar mis pechos, como soy friolera me permitió que eligiera la blusa de rejilla que ponerme encima. Me había regalado esas braguitas altas que moldean la figura con una gasa que transparentaban todo mi culo, una falda negra larga y estrecha que solo me deja dar pasitos cortos y los botines bajos. Y salimos.
En su guarida había más gente, un par de parejas conocidas, con gustos afines. No era la primera vez que estábamos entre amigos, pero esta vez me sentí más cómoda, mi punto exsibicionista estaba saliendo. Hoy al recordarlo me ha sorprendido la tranquilidad que había en el lugar, el hecho de que cada uno estuviera como se dice a su royo, a veces hablando de mordazas, de sumisos y látigos mientras tomábamos unas copas, otras veces cada pareja practicando como si no hubiese nadie más, unos jugando con las cuerdas de bondage, los segundos con sus látigos, y mi Señor con las pinzas y mis pechos.
Mi reflexión de hoy es ver como he evolucionado sintiéndome cómoda ante los demás en el mundo del BDSM ya que cada día aprendo cosas diferentes. Hoy mi Señor me ha venida a ver y aunque ha sido una visita informal charlando de las vanalidades de la vida, he visto su cara relajada y contenta, ayer fue una gran velada.
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