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30 de mayo de 2012

¿Sumisa? ¿Ama? ¿Qué soy?

¿Cómo estamos?

Hoy no muy bien, estoy reconsiderando varios aspectos sobre la dominación y la sumisión en mi vida.

Empezando por considerar qué es la dominación según mi entender, guiar a la otra persona según nuestro criterio, y sumisión dejarte guiar por el otro, doblegarte a su voluntad. Mi posición como sumisa hasta ahora me ha sido fácil y cómoda, mi Amo siempre tan atento y tierno me ha ido guiando poco a poco, iniciándome y enseñando las practicas que ahora se, todo ha sido tan placentero para mi por las ganas de aprender y querer complacerle que no ha habido ningún problema.

La reconsideración ha empezado cuando sin darnos cuenta en un encuentro, una simple acción de mi Amo despertó en mi un instinto que estaba escondido,  mi lado salvaje. A mí también me gusta dominar de vez en cuando, ¿quien no ha tenido deseos de hacer cumplir su voluntad alguna vez?. Últimamente he leído algunos artículos y foros en la red en los que hay personas que tienen muy claro su rol de D/s, yo creía que lo tenía claro también, obedecer a mi Amo, ahora descubro que también me gusta dominar alguna vez, será porque me gusta la variedad y el probar cosas nuevas (siempre compro el último sabor de yogourt que sale en el mercado).

Como somos una pareja bastante a fín, y en el fondo nos gustan las mismas cosas seguro que habrá alguna  ocasión en la que cambiemos los roles, creo que sabré ser buena Ama si me lo propongo, aunque lo que más me gusta es hacer disfrutar y gozar a mi señor, sea como sumisa o como Ama.

Sé que esta entrada no es nada aclaratoria, ni expone nada nuevo, ni siquiera enseña algo que ya existe, solo es por si alguien se encuentra en la misma situación, ¿puedes ser dominante y sumiso a la vez?, ¡claro!, creo que según el argot se puede hablar de switch, pero en cada situación opta por un rol en concreto, no te vayas a liar.

Saludos y espero no haberos aburrido, hoy no estoy muy bien.


21 de mayo de 2012

Uno de mis fetichismos: el vestuario

Todos tenemos que vestirnos para abrigarnos, sentirnos guapos, como norma  de sociedad. Cada uno se viste a su manera y en su estilo, a veces utilizamos diferente vestuario según el rol que tengamos en el momento, (ropa de trabajo, cómoda en casa, elegante para fiestas....).

El vestuario es un elemento común, pero ¿que pasa cuando voy a comprar ropa interior? o cuando pienso en una velada intima, que me gustan las prendas con encajes y las telas suaves,  las transparencias. Ahora me dirás que como a la mayoría de las personas, es cierto, y si te digo que en las veladas íntimas me gusta quedarme siempre con una prenda, sentir el tacto de esa prenda, incluso sentir el tacto de una mano sobre esa prenda más que el tacto de la mano en sí.

Lo sensual que puede llegar a ser llevar una minifalda con liguero y medias de rejilla. Esto me recuerda un día que decidí llevar medias con liguero, eran preciosas, lo que no calculé fue el largo de la falda, tan corta que se veía el liguero y el borde de las medias, si esa hubiera sido mi intención no habría habido problema, lo que me puso nerviosa es que tenía que atravesar la ciudad y coger el transporte público, uf! que apuro cuando me dí cuenta, aunque a medida que pasaba el tiempo lo encontré divertido.

Hace poco descubrí el gran juego que da el látex, tanto en la variedad de prendas como en el tacto, las sensaciones que puedes tener al tocar látex son muy diversas, también el brillo que tiene le da un toque especial. Un buen conjunto en látex con sus botas de tacón es mi ideal, sin olvidarnos de los guantes, a la vez que son un complemento elegante, acariciar con ellos puede resultar de lo más irresistible. Se tiene que tener cuidado tanto al limpiar las prendas, darles brillo, como al guardarlas, hay productos espacializados  y el típico talco que va tan bien.


20 de mayo de 2012

Un relato - Lady R.

Os dejo con un relato creado por mi maestro.

Lady R.

Lady R entró en su alcoba para acabar de prepararse, de su armario sacó un conjunto en látex rojo, lo extendió sobre la cama para abrillantarlo hasta que se pudo ver reflejada. Empezó ajustando las medias a sus piernas, tensándolas para adaptarlas perfectamente a sus curvas, como una segunda piel.

En la sala de al lado, desnudo, lo esperaba su esclavo, rodillas en el suelo, tan sólo un collar en el cuello,  símbolo de la pertenencia a su ama, adornaba la piel de este.

Lady R empezó a colocarse el liguero que se ceñía a su cintura desde encima del ombligo hasta la altura del pubis, justo para dejar intuirlo sin que se viese, la parte de atrás dejaba la parte baja de las de las nalgas a la vista, con cuidado abrochó los enganches del liguero a las medias, tres en cada lado, uno delante, otro al lado y otro detrás. Un sujetador, también rojo, con tirantes que dejaban sus pezones al descubierto por unos agujeros, completaba el conjunto. Y, para terminar, se enfundó unos largos guantes, ahora toda ella ceñida por el látex rojo y brillante buscó su látigo.

Al salir de la alcoba se encontró con la mirada satisfecha del esclavo.

-¿Qué estas mirando así esclavo insolente? -dijo plantándose delante de este y propinándole un bofetón.

-Un esclavito humilde como tú ha de mantener baja la mirada ante su dueña y no quedarse babeando contemplándola.

Otro bofetón siguió a esta orden.

-Y contesta: Sí, mi dueña, cada vez que te hablo.

Abofetear a su esclavo al principio de cada sesión es algo que le hace hervir la sangre a Lady R, y no digamos a su siervo.

Poco a poco se va sintiendo invadida por una fuerte excitación que viene de muy dentro, una mezcla de poder, miedo rabia y deseo se unen en el instante antes de soltar la mano y un escalofrío y una sensación de placer en el momento de golpear la piel del sumiso. Después la certeza del poder y la posesión: ¡Es mi esclavo! ¡Es  mío! ¡Puedo hacer con él lo que quiera!

Ver a su esclavo bajo su poder la pone loca y siente deseos de clavarle las uñas en las nalgas, en los pezones, de morderle los labios y el cuello, de cogerle el pene y estirárselo, de retorcer sus huevos...

Poco pensaba ella en estas cosas unos meses atrás cuando conoció al que más tarde había de convertirse en su esclavo. Nunca antes se hubiera imaginado entregándose a esta clase de juegos. Él fue quien le abrió los ojos a un mundo de nuevas emociones. Practicaron actividades morbosas y húmedas. Una oleada de sensaciones hasta entonces desconocidas la invadieron y turbaron sus fantasías, sus sueños y deseos más recónditos.

-A mis pies perrito - ordenó - adora a tu dueña y señora.

El  esclavo obedeció agachándose hasta tocar con su cabeza el suelo, el látigo de Lady R acariciaba la espalda del sumiso. Más tarde o más temprano el látigo acabaría restallando contra sus nalgas, al principio suavemente, flojito y cada vez más fuerte hasta que le hará chillar de dolor, entonces Lady R siente una gran excitación que la hace gemir de placer.

Prepararse para asestar cada golpe acelera su pulso y su respiración. Soltar el látigo, bien dirigido y dar en el blanco, oír el gemido a continuación hace que un escalofrío recorra su espalda.

-Estas bajo mi poder y vas a ser castigado como te mereces, gusano.

Y los azotes empiezan a caer, primero sobre las nalgas, siguiendo un ritmo, pero cada vez más fuerte, luego en la espalda, en los pies. Cuanto más fuerte pega mas se excita Lady R, hasta que suspira de placer, entonces es cuando extrañamente y a pesar del dolor, más disfruta el sumiso. Quizás porque sabe cual será al final su recompensa.

Ver a un hombre sometido a sus pies después de haber sido azotado debidamente ha calentado la sangre y algo más a Lady R.

-Complace a tu dueña -le dijo agarrando la cabeza a su esclavo y acercándosela a sus pezones que asomaban erectos por las aberturas del sujetador.

-Chúpamelos como sabes.

Tomando entre sus manos los senos ceñidos en látex rojo acerca los pezones a la boca y los humedece con la lengua. Al ver como el esclavo se aplica en cuerpo y alma a la labor Lady R no tarda en sentirse mojada.

-Ahora de rodillas cabrón, vas a lamerme el coño.

Mientras es complacida rápidamente flagela el culo y la espalda de su servidor para que este ponga más interés.

-Así cabrón, chupa, lámeme.

Lentamente Lady R se gira.

-Ahora mi culo, te ordeno que me lo comas, lámelo.

Es obedecida al instante sin ningún signo de protesta, balanceando el látigo acaricia con los flagelos de este los cojones del sumiso que sentado en el suelo lame con devoción el ojete de su dueña.

-Hunde tu lengua en el culo de tu dueña, marrano, esclavo comeculos.

En la punta del pene del sumiso brilla una gota fruto de la excitación. Lady R la recoge delicadamente con la punta de la lengua y un hilillo transparente une pene y labios.

-Estas muy cachondo ¿Verdad esclavo de mierda? ¿Quien te ha dado permiso para excitarte?

Lady R le ata una cuerda alrededor de los testículos y arrastrándolo así lo conduce a su alcoba donde será violado. Pero esta ya es otra historia.
 

17 de mayo de 2012

¿ BDSM ?

Según Wikipedia:
"BDSM es la denominación usualmente empleada para designar una serie de prácticas y aficiones sexuales relacionadas entre sí y vinculadas a lo que se denomina sexualidad extrema convencional.
El término se emplea a menudo, de forma equivocada, como sinónimo de sadomasoquismo. En realidad, es una sigla que da nombre a lo que hoy en día es considerado como una subcultura específica entre sus practicantes. El BDSM se halla estrechamente asociado con la subcultura leather. El acrónimo está formado por las iniciales de algunas de dichas prácticas:"
- Bondage: B
- Disciplina y Dominación: D
- Sumisión y Sadismo: S
- Masoquismo: M

Las relaciones BDSM deben seguir un modo seguro, sensato y consensuado respecto a sus prácticas:
  • Seguras, en cuanto al conocimiento necesario sobre su desarrollo y sobre el material usado, así como sobre la prevención de riesgos.
  • Sensatas, en cuanto a la capacidad razonable de decisión por parte de los actores, no alterada por drogas o bebidas y acorde con la experiencia de cada participante, sabiendo diferenciar fantasía y realidad.
  • Consensuadas, en cuanto a que los participantes estén de acuerdo sobre la forma e intensidad con la que se realicen, e igualmente que dicho acuerdo pueda rescindirse en cualquier momento.
Añadiendo según mi humilde opinión:

Al leer la definición en la Wikipedia suena muy fuerte si es la primera vez que se oye hablar de BDSM, por eso me sorprendió gratamente cuando profundicé más en lo que era, viendo que cada uno construye sus extremos y como soy más bien moderada, y pacífica, mi forma de ver y hacer las cosas es suave. Supongo que en cada caso se puede vivir de formas diferentes, para mí es un cambio, es confiar, es una forma de vivir la sexualidad, una evolución, seguridad, aprender y enseñar, respetar e intentar comprender a la otra persona, intentar conocerla.

Me ha aportado el descubrimiento de mi cuerpo en cuanto a mis capacidades y limitaciones, conocerme un poco a mi misma sintiendo emociones más fuertes y sentimientos que estaban ocultos dentro de mí, el aprender a hablar con mi pareja (en este caso mi maestro, mi señor)  intentando saber qué le gusta y que desea (igual él sabe lo que me gusta y deseo).

Y para mí seguro que serán muchas más cosas que iré explicando poco a poco.

Buenas noches y buen sexo (seguro, sensato y consesuado).





12 de mayo de 2012

Primer relato

Os anuncio que he creado una página de relatos en la que aparecerá el último escrito publicado, podrán ser mios o publicados por otra persona a la que se haga mención, ahora disfrutar con el primero.

Relato para mi
Un día cualquiera, en una habitación cualquiera me encontraba sola, sentada en la cama y pensando que lo que tendría que hacer ese día, pensé y le di vueltas a mi agenda, un día demasiado aburrida: trabajo, comida de trabajo, más trabajo y a casa otra vez, tarde como siempre a descansar. Abrí la puerta del armario y sin casi ni mirar cogí el primer vestido que vi, para qué pensar, era muy corto pero me daba igual. Me puse mis braguitas de encaje negro y el sujetador a juego, empecé a ponerme mis medias negras con su liguero, no quería que se me fueran cayendo las medias a media mañana. 

Una vez vestida, me lavé, peiné y al mirar el reloj comprendí que otra vez recibiría la bronca de mi jefe por llegar tarde, así que corriendo bajé las escaleras y fui hacia el metro. El metro que llegaba en el mismo instante que yo al andén, estaba abarrotado, hora punta, todos iban enlatados, no me quedaba otra opción y entré en el vagón empujando a todos hasta que me posicioné entre la multitud, aprisionada entre los cuerpos de las personas que allí había.

Una parada y subió más gente, pensé en las sensaciones que se tenían al encontrarse tantos cuerpos juntos. Entre pensamiento y pensamiento me pareció notar algo en las piernas, debajo de la falda, presté atención pues quizás se tratara de alguna maleta de algún viajero, pero no, sabía lo que era, algo frío me rozaba las piernas, frío pero suave, ¡una mano!, alguien me estaba tocando las piernas con su mano, ese tacto era inconfundible, fue subiendo poco a poco, casi imperceptible, cada vez notaba más calor, en mí, pensé en girarme y dar una bofetada a alguien, pero no pude, esa sensación me gustó. El movimiento de la mano era mínimo, parecía que se había parado para ver mi reacción, y mi pensamiento fue claro, quería que subiera más, que fuera palpando mi piel hasta el límite de mis braguitas, que me acariciara suavemente hasta llegar a mis partes más sensibles, me sorprendí imaginando un placer intenso. 

Siguiente parada, esta vez bajó más gente, quedó en el vagón más espacio pero aquella mano no se desprendía de mí, me giré para ver quién podía desear mi piel, y vi a aquel hombre mirándome fijamente, en sus ojos vi deseo,  seguro que los míos le transmitieron lo mismo porque no se movió ni un milímetro en todo el trayecto, al final quedaron pocos viajeros y creo que uno se percató de la escena y fijó los ojos en mis piernas, en la mano, en los dos pero eso me hizo excitarme más, un escalofrío recorrió desde mis piernas pasando por mi coño y subiendo por mis pechos haciendo que los pezones se endurecieran. De repente en la última parada al abrirse la puerta, la mano dejó de tocarme para cogerme la mía, y me vi arrastrada por aquel hombre sin poder decir nada, al final del andén en una esquina me empotró contra la pared, me golpeé la cara pero esto me hizo excitarme más, no fue dolor lo que sentí, no fue nada, solo pensaba en que me iban a poseer y ese pensamiento me gustaba. 

Sentí las manos de aquel hombre en mi espalda que me acariciaba todo el cuerpo, sentí su respiración pausada y profunda, podía palpar su deseo en cada caricia, bordeó mi espalda para pasar a rodearme y coger mis pechos que se escondían calientes bajo aquel vestido,  un suspiro se me escapó y al oírlo se apretó más a mi cuerpo, fuertemente con dureza y bajando sus manos poco a poco hasta encontrar debajo del vestido mis bragas que ya se habían mojado del placer que sentía. Estuvo jugueteando con ellas hasta que las apartó y encontró mi vulva, al rozarla con sus dedos humedecí mis labios por el placer que sentí. Mientras agarraba mi pecho con una mano con la otra se desabrochó el pantalón sacando su miembro rápidamente, en unos instantes noté como su pene duro acertaba en mi coño penetrándome fuertemente, un pequeño dolor me hizo lanzar un pequeño grito, lo que no pareció molestar en nada a aquel hombre que con un movimiento de vaivén se hundía en mí interior y volvía a salir produciéndome placer.  De pronto paró sacó su pene de mi interior, se abrochó el pantalón y me besó el cuello dulcemente. Se fue separando de mí lentamente a la vez que me susurró un hasta pronto. Se fue alejando lentamente hasta que desapareció de mi vista, mientras me quedé inmóvil sin poder reaccionar, tras un par de minutos el primer viajero apareció en el andén y rápidamente recompuse mi vestimenta como mejor pude, y en cuanto apareció el vagón subí a él pensando que aquello había sido un sueño.

Avanzando en experiencia

Cuando eres joven tienes unas ideas preconcebidas del amor, después  cuando vas avanzando en la vida te das cuenta de lo que puede cambiar tu forma de ver las cosas. ¿Quien de pequeño no ha soñado con su príncipe o princesa ideal?,  a medida que conoces a otras personas e interactúas con ellas tu opinión cambia.

Mi opinión del amor y el sexo ha cambiado mucho desde mi adolescencia, cada persona que he conocido ha aportado su granito de arena hasta concluir en lo que ahora sé y pienso.

Cuando tomé contacto real con el mundo del BDSM  me asusté un poco, me asusté de mi misma, hasta entonces mis relaciones habían sido muy "normalitas" según creía yo, llenas de amor, romanticismo salpicadas con la dura realidad de la vida, era lo que sabía. Otra cosa eran las fantasías, los sueños, incluso las películas. Cuando me dí cuenta que esas fantasías también las podía realizar,  que me gustaban y tenían su morbo, eran placenteras, como digo me asusté de mí misma y de lo que podía llegar a hacer o gustarme y ese miedo liberó la adrenalina suficiente para indagar en ellas y atreverme a probar. De la mano de mi maestro suavemente fui comenzando a experimentar poco a poco.

Mis primeras experiencias en este mundo supongo que serán como las de la mayoría de personas, primero comentadas con tu pareja, contando esos sueños, esas fantasías que se tienen, esas cosas que se desean pero se sabe muy bien que se quedarán en fantasía. Una de ellas, no creo que fuera la primera pero sí la que con más cariño recuerdo, fue un día tranquilo cuando estábamos en la alcoba, mi pareja, mi maestro me preguntó si confiaba en él y le daba permiso para hacer algo que me gustaría, dí mi aprobación y acto seguido cogió una cuerda blanca de algodón, no muy larga, me cogió de las manos y me las unió, con la cuerda fue atando suavemente mis manos, yo sentía como pasaba la cuerda por encima de mi piel, notaba el tacto un poco frío de las cuerdas y a la vez el tacto más caliente y rudo de las manos de mi maestro, yo intuía lo que quería hacer, me puse un poco nerviosa pero a la vez impaciente para ver lo que me esperaba.
Una vez atadas mis manos empezó a acariciarme por todo el cuerpo, fue fantástico, esa sensación de querer también acariciarlo, de mover mis manos para notar el tacto de su piel y no poder hacerlo me fue gustando, excitando. Él continuaba acariciándome, besándome por todo el cuerpo, por dónde se le antojaba y  yo no podía separar las manos, toda mi piel se erizó, mi excitación creció, cuando notó que estaba lista fue hacia mi vulva acariciando mi clítoris, no sé si mi exitación era mayor por el placer sentido al tocarme o el pensar que no podía mover las manos, en aquella ocasión fueron solo  mis manos atadas ya que lentamente me desató y no recuerdo si por el deseo continuamos con más pasión que nunca hasta ese instante.

Ese instante era mi comienzo en el arte del bondage, una de mis prácticas favoritas, siempre dentro del respeto, el común acuerdo, pensando en el disfrute de la otra persona, y en el nuestro propio.

8 de mayo de 2012

Comienzo

Hoy comienzo este blog en el que expondré mi aprendizaje y seguimiento en el mundo de la sexualidad, de los deseos, del fetichismo, y otros.

Espero que os guste el paseo por el blog. A medida que pase el tiempo y según vaya viendo añadiré más secciones, relatos, enlaces y fotos.

Plagiando a un programa de televisión... Buenas noches y buen sexo.